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Mostrando entradas de septiembre, 2010

María Moliner y las primeras estudiosas...

El pasado viernes fui a la presentación de este libro en el Centro Aragonés de Valencia. Obviamente, hubo el preceptivo homenaje a Labordeta. Y es que el impacto de la noticia ha sido tan grande en Aragón como en la diáspora (he visto varias banderas aragonesas con el crespón negro en esta ciudad). La idea era poner la Albada por la megafonía, pero, por aquellas cosas de la técnica, salió esa otra canción, tan labordetiana en la que cita y pide ayuda con sorna a todo el santoral étnico, San Lorenzo, Santa Orosia y... ¿cómo no? la diosa madre, la Virgen del Pilar. A nosotros nos cortó un poco el rollo solemne, pero el abuelo debia estar descojonándose en ese infierno parecido a los Monegros donde lo han metido, destinado a los rojos separatistas y a los borbones gandules. Vamos a lo serio: el libro en cuestion es un elaboradísimo trabajo de investigación de M.P. Benítez. A mí, como soy de ciencias, me dejó impresionado la meticulosidad y el esfuerzo que la autora ha puesto en esta obra,

El gran Vázquez.

Fui a este estreno esperando una comedia rápida y ágil. Me esperaba también la misma estética sorprendente y poderosa de las dos pelis sobre Mortadelo que hicieron Javier Fesser y Miguel Bardem. Error. La peli no es una colección de gags de personajes de comics, sino una colección de escenas (más o menos verídicas) de la vida de Manuel Vázquez, el dibujante de historietas que tanto brillaba en los primeros 60, en una España que devoraba tebeos. Y para recrear la Barcelona de aquellos años han hecho lo que han podido, pero el presupuesto debía ser corto porque vi varias veces circulando el mismo 600. Vázquez era un caradura, un sablista, un moroso y un polígamo, es decir, un desgraciado, asi que la peli deja una difusa sensación de tristeza. La historia no llega a resolverse y se hace un poco aburrida, a pesar de que Santiago Segura se esfuerza y pone sus mejores caras de pillo. Salvando las infinitas diferencias, la naturaleza del personaje del artista cabezarrota, me recordaba al Sean

Adiós a Huesca y provincia, a Zaragoza y Teruel.

Fue hace muchos años. Era un pueblo del sur de Aragón, de madrugada. Un pueblo de la "Sierra Callada" , como él la llamaba. Éramos adolescentes que empezábamos a salir de fiesta. Eran las verbenas del verano, el alcohol. Recuerdo, como si fuera ahora mismo, a dos amigos de la cuadrilla, subidos en una mesa. Cantaban la Albada. La Albada lenta y poderosa , la Albada triste y guerrera " Y esta es la albada del viento, la albada del que se fue, que quiso volver un día; pero eso no pudo ser ". Marcaban solemnemente los versos, con fuertes golpes en la mesa. Resonaba el bar. El mundo resonaba, como cuando rompen la hora en Calanda, como cuando vienen las tronadas fuertes en las montañas, " la luz golpeando la luz ". La Albada , el Canto a la Libertad , la Sanjuanada , ... y tantas otras. Himnos para una tierra de ausencias, versos para un país de silencios largos. Las llamaban " canciones de autor " aunque, curiosamente, se convirtieron en canciones d

Resident Evil (4) en 3D.

Mi amigo Javi me dijo que tenía intención de bajar un día a Teruel a ver esta peli. Así que, cuando volví a Valencia, picado por la curiosidad, me metí en el cine en una de las últimas tardes ociosas de septiembre. Dicen que el 3D será el formato al que se verán abocadas todas las salas comerciales para prolongar su agonía unos años más. Y yo quería enterarme por mí mismo de lo que era. Pues bien, la cosa no es para tanto. Cuando el ojo se acostumbra, las cuchillos que te lanzan los personajes y las visceras que aparentemente te salpican se hacen rutinarias. De la peli en sí (y supongo que de la saga en general), poco que decir. Que no es una peli, que es una sucesión de pantallas de videojuegos en los que unas tías buenas con las camisetas mojadas destripan zombies pegándoles tiros a bocajarro con escopetas recortadas en un mundo apocalíptico. O sea, como en las pelis de quinquis pero al revés. Entre salpicadura y salpicadura, iba pensando que los temas del fin del mundo y del mundo n

El mosaico partido: la economía más allá de las ecuaciones. (Dowbor).

Pronto se cumplirán dos años de la quiebra de Lehman Brothers. Muchos consideran ese momento (el 15 de septiembre de 2008) el hito de la crisis subprime. En aquellos meses la percepción general era que la causa fundamental del crack había sido el programa de desregulación global que los neocons anglosajones habían conseguido implantar a lo largo de los 80 y los 90. La opinión común era que había que llevar a cabo un contraproceso de rearme de los estados nacionales y de las instituciones de control. Es decir, que había que reformar el capitalismo liberal. Dos años después, las ideas dominantes han cambiado. Ahora el punto de vista hegemónico vuelve a ser: "contra la crisis, más mercado". De hecho, varios estados nacionales de la zona central del sistema (España, Francia, Italia) liberalizan su mercado laboral o aplican recetas liberales para cumplir las consignas de los mercados financieros internacionales. ¿Qué ha pasado en estos dos años? ¿En qué momento nos engañaron? ¿Qui

The Karate Kid (2010).

Los de mi generación vimos muchas pelis de chinos. Era el penúltimo género al que recurrieron los cines de los barrios obreros, antes de pasarse a las clasificadas S y cerrar. Las películas de artes marciales eran sencillitas, honradas, fáciles de ver y de entender. Por lo general, tenían un protagonista que daba unas hostias como panes, recitaba haikus y siempre vencía a los malos. El más famoso fue Bruce Lee. Y como éramos inocentes y nos conformábamos con poco, todos queríamos saber artes marciales para defendernos de los tipos chungos que nos amedrentaban. Es decir, el mismo mecanismo de huída que ofrecían los superhéroes de la Marvel; pero menos fantasioso. Así que los gimnasios se convirtieron en buenos negocios (en mi suburbio eran todos coreanos huídos de la guerra que enseñaban taekwondo). Claro que cuando ibas al gimnasio te dabas cuenta de la diferencia que hay entre el cine y la realidad, esa que hace que todo el mundo prefiera el cine. Pero entre acrobacia y acrobacia se f